Quisiera retenerte en mi pecho
fundida en mi abrazo emocionado
princesa de mi cielo transportado
en un blanco tul, de blando lecho
Tu cariño que trocara en fundamento
de años que han corrido en mi pasillo
y tu voz, que resuena en el pestillo
de una puerta de recuerdo y tiempo.
En la oscuridad surge un canto
que en diamante acaricia mis sentidos
en un duerme, en un beso enternecido
de apago y amor ¡oh, mi bien santo!
Cuando cantaba bajo la mesa
discreta guardabas silencio
queriendo navegar ese momento
en el canto infantil, que el canto reza
Recuerdo que de niño te miraba
con los ojos respetuosos del pequeño
tan fuerte, tan hermosa que en mis sueños
eras un ángel que en regaños me amaba
Espíritu luminoso, de mis primeros años
cubres de calidez el tiempo ido
mi consuelo al dolor, de momentos vividos
y tu sonrisa suavizando mis penas.
Tus manos tan morenas tan tiernas
de ternura dejaron mis manos llenas
protegiendo a su niño de las penas
en tu eterno amor, que corre por mis venas.
sábado, 2 de enero de 2010
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